La plataforma de Realidad Virtual dispone de más de 70 entornos y escenas virtuales especialmente diseñados para tratar todo tipo de psicopatologías. El terapeuta puede utilizar múltiples técnicas terapéuticas (psicoeducación, exposición gradual, desensibilización sistemática, relajación, distracción, aceptación y compromiso, mindfulness, EMDR…) para trabajar con sus pacientes.
Permite tratar todo tipo de trastornos como ansiedad (fobias, pànico, agorafobía, ansiedad generalizada, TOC, ansiedad social, hablar en público, exámenes,etc.), trastornos atencionales y de alimentación, o gestión del dolor, entre otros.
¿Por qué la realidad virtual es la solución para combatir la ansiedad?
Los trastornos de ansiedad tienen una prevalencia por encima del 30%, lo que hace que sea uno de los trastornos mentales más comunes. Se caracterizan por el miedo excesivo a situaciones y/o estímulos, ansiedad anticipatoria o comportamientos evitativos que refuerzan el miedo. La terapia de exposición como parte de la Terapia Cognitiva Conductual, tiene grandes efectos en reducir la ansiedad (Norton and Price, 2007), pero el abandono durante la terapia de exposición es común (Ong et al., 2016) debido a la dificultad de controlar la exposición en vivo y encontrar entornos reales con las características particulares de cada paciente. Es por ese motivo que se necesita intervención innovadora que suplemente la terapia de exposición tradicional, especialmente para problemas de comportamiento in vivo, donde ésta puede ser inaccesible (miedo a volar), difícil de conseguir y mantener (insectos) o de controlar (miedo a hablar en público).
La realidad virtual crea la experiencia de presencia en entornos virtuales físicos generados por ordenador presentando una simulación interactiva tridimensional (Freeman et al., 2017). El control total del entorno virtual permite la presentación de estímulos, contextos y tareas que no serían posibles en la terapia de exposición in vivo (Lindner et al., 2017). Las investigaciones en relación al uso de realidad virtual para conducir la terapia de exposición empezaron en los años 90 y actualmente hay decenas de estudios que revelan la alta eficiencia de los efectos con medidas comparables a la exposición in vivo (Powers and Emmelkamp, 2008; Opriş et al., 2012; Carl et al., 2018; Fodor et al., 2018). Se han mostrado mejoras en el comportamiento, demostrando que la exposición a realidad virtual se traduce en reducción del miedo también de los estímulos del mundo real (Morina et al., 2015).